lunes, 1 de junio de 2009

CAUSAS

    La localización del trastorno varía según el tipo de epilepsia, que puede ser focal o generalizada. Las causas de esta dolencia son de los más variadas: puede ser el resultado de anomalías congénitas, enfermedades vasculares como el infarto cerebral, infecciones, tumores, enfermedades degenerativas o lesiones. En muchas ocasiones no se descubre una causa concreta y se denominan epilepsias idiopáticas y otras veces son sólo el fruto de una incorrecta maduración cerebral y desaparecen al concluir el desarrollo del cerebro (en la edad adulta).

    Hasta hace pocos años (y aún hoy en día aunque en menor medida) era una de las enfermedades con mayor estigma social, por lo espectacular de los ataques propios de un tipo concreto de epilepsia, la de convulsiones generalizadas. Hoy el aumento de la cultura sanitaria en la población general ha conseguido en cierta medida que la esta enfermedad sea aceptada y desmitificada.

  • LAS CRISIS
  • En la mayor parte de las ocasiones, las crisis aparecen de forma súbita e inesperada. Son breves, duran unos segundos o como mucho unos minutos. Las más llamativas incluyen convulsiones y pérdida de conocimiento, pero hay muchas crisis que se reducen a una desconexión momentánea con el entorno (las denominadas ausencias) o a leves movimientos rítmicos sin perdida de la consciencia.

    Los ataques son consecuencia de una disfunción de la actividad eléctrica cerebral. Comienzan cuando un grupo de neuronas produce impulsos eléctricos (descargas) de manera anormal, que se propagan por el resto del cerebro alcanzando las neuronas que movilizan los músculos. Éstas empiezan a descargar también de manera anormal y es entonces cuando se producen los movimientos incontrolados tan típicos de los ataques epilépticos.

    Además de las causas enumeradas anteriormente, cualquier persona susceptible puede sufrir un ataque de manera aislada por una intoxicación por drogas o una bajada brusca de la glucosa, pero si se repiten con cierta frecuencia se considera epilepsia.

    Existen dos tipos fundamentales de crisis epilépticas: las generalizadas, que afectan a toda la superficie del cerebro, y las crisis parciales o focales, donde la descarga comienza en una zona concreta que, en ocasiones, se propaga por el resto de la corteza.

Las crisis generalizadas: suceden si la descarga súbita y desproporcionada de impulsos eléctricos afecta a todo o la mayor parte del cerebro. Los síntomas tienden a ser generales y a implicar a gran parte del cuerpo. Existen varios tipos como:


Convulsiones tónico-clónicas (gran mal). Es el tipo más común de ataque generalizado. Cuando se produce este tipo de ataque, todo el cuerpo se queda rígido, el paciente pierde el sentido, y aparecen contracciones musculares incontrolables en todo el cuerpo.


Las Crisis parciales: En este tipo de ataques, la descarga de actividad eléctrica se produce en una parte del cerebro. Por lo tanto, estas personas tienen síntomas localizados o focales. Dado que diferentes partes del cerebro controlan diversas funciones, los síntomas dependen de qué parte del cerebro se vea afectada. Existen varios tipos como:


Convulsiones parciales simples. Pueden sentirse tirones musculares o sensaciones extrañas en un brazo o pierna. La persona afectada puede notar un gusto extraño, o sensación de hormigueo en una parte de su cuerpo. No pierde el conocimiento.

  • DIAGNÓSTICO
  • Para realizar el diagnóstico, primero el médico interroga al paciente que supuestamente ha podido sufrir una crisis acerca de factores de riesgo como son antecedentes familiares, enfermedades que ha padecido, hábitos tóxicos como consumo de drogas alcohol u otros medicamentos, historia de sufrimiento fetal o tras el parto, antecedentes de traumatismos sobre la cabeza etc.

    Posteriormente se indaga sobre cómo ocurrió el ataque y qué comportamiento presentó la persona durante el ataque (si tuvo convulsiones, si se orino, si se mordió la lengua...). Para ello es de gran ayuda el testimonio de los testigos que hayan podido presenciar la crisis.

    La segunda parte del diagnóstico tiene que ver con las pruebas. Es obligado en la mayoría de los casos en los que se sospecha que ha podido producirse una crisis, hacer un escáner cerebral o una resonancia magnética (según los casos) para descartar cualquier lesión intracerebral que haya podido causar el ataque. También se debe practicar una analítica para descartar enfermedades metabólicas causantes y un electroencefalograma (EEG) que mide la actividad eléctrica cerebral para identificar las descargas eléctricas anormales que precipitaron la crisis .

  • A QUIÉN AFECTA
  • Aunque las tres cuartas partes de la epilepsia comienzan antes de los 18 años, esta enfermedad afecta a personas de cualquier edad, raza, sexo y clase social. Hay 50 millones de afectados en todo el mundo y en España se calcula que padecen la enfermedad cerca de 400.000 personas y que cada año aparecen 20.000 nuevos casos.

  • TRATAMIENTO
  • Lo fundamental es asegurarse que el paciente tiene epilepsia antes de comenzar cualquier tratamiento antiepiléptico. Una vez hecho el diagnóstico lo mejor es comenzar el tratamiento lo antes posible.

    Los ataques se pueden controlar con medicación en un 70% de los casos. Entre un 20-30% no responden al tratamiento farmacológico simple (con un solo medicamento) y hay que aplicar varios fármacos. Aún así algunas epilepsias son incontrolables con la medicación y puede ser necesario recurrir a la cirugía, aunque ésta no está recomendada en todos los casos.

  • ¿CÓMO ACTÚA LA MEDICACIÓN?
  • Los fármacos utilizados en el tratamiento de la epilepsia tienen por objeto atenuar las descargas eléctricas anormales que se producen en las neuronas. Los mecanismos para conseguir esto interfieren el paso de los iones a través de las membranas de las neuronas inhibien la excitación de las mismas. Hay algunos medicamentos antiepilépticos cuyo mecanismo de acción para prevenir los ataques es todavía desconocido.

  • EL PAPEL DE LA CIRUGÍA EN LA EPILEPSIA
  • La cirugía de la epilepsia es un procedimiento complejo que sólo debe realizarse en centros con experiencia y recursos adecuados.

    El requisito principal para un tratamiento quirúrgico es que la epilepsia sea focal, es decir, que las descargas eléctricas anormales comiencen en un lugar localizado del cerebro. Además, el paciente debe presentar una alteración inequívoca visualizable en la resonancia magnética y ésta debe ser la responsable de las descargas anormales.

    El procedimiento quirúrgico consiste en la extirpación total o parcial de la lesión focal o tejido anormal del cerebro responsable de las crisis. Lógicamente para ser candidato a la cirugía, la epilepsia tiene que ser incontrolable con medicamentos y, además, que el foco de tejido cerebral a extirpar sea accesible y no esencial para la realización de una función importante, como el habla o la memoria.


    La Epilepcia cualquier persona puede poseerla

    Practicamente cualquier persona puede tener convulsiones bajo diferentes circunstancias. Cada uno de nosotros tiene un umbral convulsivo que lo hace más o menos resistente a las convulsiones. Las convulsiones tienen distintas causas, trauma cerebral, intoxicaciones, lesiones cerebrales, "derrames cerebrales"; y estas causas no son factores exclusivos del sexo, la edad o raza.


    La Epilepcia puede desarrollarse o iniciarse en cualquier edad

La Epilepsia puede empezar a cualquier edad. Algunos grupos de edad son más susceptibles.

Grupos de edad
Primer episodio convulsivo - %
0-9
47
10-19
30
20-29
13
30-39
6
40+
4

Porcentaje de primer episodio según la edad

La mayoría de personas que desarrollan convulsiones en los primeros años tienden a reducir la intensidad y frecuencia de las convulsiones conforme crecen. En muchos casos la Epilepsia experimenta una desaparición completa. 50% de todos los casos antes de los 10 años de edad


La epilepcia

La epilepsia está provocada por anormalidades en la actividad eléctrica del cerebro. Este órgano es incapaz de frenar o inhibir los impulsos eléctricos entre neuronas. Cuando tiene lugar una descarga excesiva se produce una crisis o ataque epiléptico.

El término epilepsia deriva del griego 'epilambaneim', que significa 'coger por sorpresa'. A finales del siglo XIX, el neurólogo inglés John Hugling Jackson, estableció la definición de epilepsia que permanece vigente hoy en día: "una descarga súbita, rápida y excesiva de las células cerebrales".

La epilepcia